Adrián ve el mundo de manera diferente

Es completamente comprensible que como padres, no notáramos señales de autismo en los primeros meses de vida, en esas primeras etapas de Adrián, su desarrollo parecía avanzar como el de cualquier otro niño: comenzó a gatear y caminar a tiempo, balbuceaba y mostraba interés en los juguetes, desde nuestra perspectiva, todo parecía estar dentro de lo esperado, y esta experiencia es común entre padres de niños autistas, especialmente cuando los signos iniciales no son evidentes o están dentro de lo considerado “normal”.

No se trata de cambiar a nuestros hijos, sino de aprender a caminar junto a ellos.

Con el tiempo, comenzaron a aparecer pequeños indicios y señales que nos llevaron a darnos cuenta de que Adrián percibía el mundo de una manera única. Encuentra esas señales Aquí.

Es importante recordar que el autismo, al ser un espectro, se manifiesta de manera distinta en cada niño, y muchas veces no resulta evidente durante los primeros meses de vida, en nuestro caso estas señales surgieron gradualmente, y aunque no se trataba de “comportamientos problemáticos,” sí llamaron nuestra atención al compararlo con otros niños (algo que aprendimos después, porque no es lo más sano ya que cada niño tiene su propio ritmo y proceso).

Cada gesto, cada mirada, es un lenguaje que merece ser escuchado.

En el caso de Adrián, nos ayudó a identificar aspectos como sus gestos y acciones repetitivas, miradas evasivas, reacciones específicas a ciertos estímulos o comportamientos que seguían un patrón, estas señales no fueron un obstáculo, sino claves para entender su forma especial de conectarse con el mundo, como padres, nuestro rol es aceptar, comprender y apoyar esa singular forma en la que él percibe y explora la vida.

Aceptar y entender a nuestros hijos tal como son es el mayor acto de amor.

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