Cada día aprendemos algo nuevo. Yo, por ejemplo, aprendí el término neurodivergente, que describe a las personas cuyos cerebros funcionan de manera diferente al resto, como es el caso de Adrián. Él tiene ciertas fijaciones y realiza actividades de manera repetitiva, lo cual le brinda un sentido de control y tranquilidad.
En este caso, se obsesiona con ordenar productos de una marca específica siempre de la misma manera, organizándolos en grupos de colores. Lo que para muchos podría parecer una simple tarea repetitiva, para él es una forma de encontrar orden en su mundo. En su mente, este tipo de actividad probablemente le genera una sensación de bienestar y estímulo visual o táctil.

Los niños neurodivergentes como Adrián suelen buscar patrones y repeticiones porque eso les ayuda a lidiar con la imprevisibilidad del entorno. Las actividades repetitivas, como organizar por colores, les proporcionan un sentido de estructura y previsibilidad en un mundo que, en muchas ocasiones, les resulta caótico y difícil de controlar. Para él, esta rutina visual no solo es placentera, sino también una manera de procesar información y auto-regularse cuando se siente abrumado.