Momento capturado por mamá

Ser padres de un niño con autismo como Adrián significa estar siempre preparados para las fluctuaciones en sus intereses y actitudes. Adrián, en muchas ocasiones, muestra desinterés al realizar actividades nuevas o cuando algo lo saca de su rutina, esto es algo común en niños autistas como él. Un día puede estar completamente fascinado con la guitarra, al siguiente interesado en jugar con un balón, o tal vez quiera participar asistiéndome en algo en la cocina. Sin embargo, también hay días en los que, desde el momento en que despierta, está irritable, y nada de lo que hagas podrá cambiar su actitud. Estas fluctuaciones son parte de su proceso, y aunque algunos días sean más desafiantes que otros, seguimos buscando maneras de acompañarlo y apoyarlo, respetando sus ritmos y necesidades.

Cada pequeño avance es un gran logro cuando se trata de su desarrollo.

En esta ocasión, le pregunté qué quería dibujar, y él respondió que un dinosaurio. Buscamos juntos una imagen, y Adrián eligió cuál quería hacer, pero luego me dijo: “Mamá, ayúdame”. Con gusto lo ayudé a estructurar el cuerpo, y él continuó afinando los detalles a su gusto. A lo que quiero llegar es que, aunque a veces no sean capaces de hacerlo solos, debemos seguir intentando y motivándolos hasta que lo logren por sí mismos, La clave está en no rendirnos.

No importa cuántas veces se detengan o muestren desinterés, lo importante es estar ahí, motivándolos y guiándolos.

Es esencial entender que estos avances no ocurren de la noche a la mañana. Habrá días en los que no quieran hacer nada nuevo, y eso también es válido. Sin embargo, como padres, nuestro papel es estar ahí, motivándolos, proponiendo actividades y, sobre todo, celebrando cada pequeño logro. Porque cada paso que dan, por pequeño que sea, es una muestra de su capacidad para superar desafíos, y nuestra constancia es la clave para que sigan avanzando.

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