Adrián duerme con mamá 💙

El sueño es una necesidad básica, pero para muchas familias que vivimos el autismo de cerca, dormir puede convertirse en todo un desafío. En nuestro hogar, acompañar el proceso de sueño de Adrián, mi hijo de 5 años que es autista, ha sido un aprendizaje continuo, no ha sido automático ni fácil, dormir con autismo no es solo cerrar los ojos: es preparar un entorno sensorialmente amigable, establecer rutinas firmes, y dar contención emocional desde el amor.

A veces su cuerpo está cansado, pero su mente sigue activa, como si no pudiera hacer esa transición natural hacia el descanso, hemos tenido noches en las que simplemente no logra conciliar el sueño, y su frustración se convierte en la nuestra.

Pero con el tiempo y la observación, descubrimos que las rutinas nocturnas en niños con autismo pueden convertirse en una herramienta poderosa. No solo le dan seguridad a él, sino que también nos ayudan a nosotros como padres a construir un ambiente que lo abraza antes de que sus ojos se cierren.

Comenzamos a preparar a Adrián para dormir alrededor de las 7:54 p. m. Puede sonar exacto, pero ese número no es casual. Él responde mejor cuando sabe que todo ocurre a la misma hora. Hacia las 8:00 p. m. ya está en su cuarto, con la pijama puesta. Pero antes de eso, hay todo un ritual que hemos ido creando con amor:

Nuestras rutinas nocturnas para ayudar a Adrián a dormir mejor

🛁 1. El poder del baño
Un baño antes de dormir le ayuda a desconectarse del ritmo del día. El agua lo calma, lo contiene, y ese momento de juego tranquilo le permite hacer una transición más amable hacia el descanso.

🪥 2. Higiene con independencia
Después del baño, Adrián se cepilla los dientes, se peina el cabello y se pone su pijamita. Le damos espacio para que lo haga con nuestra guía, reforzando su autonomía dentro de la rutina.

🙏 3. Orar y agradecer
En su cuarto, ya con luces bajas, no puede faltar la oración. Damos gracias a Dios por el día, por lo vivido, y por estar juntos, Este momento de espiritualidad también le da estructura y tranquilidad.

🌙 4. Luz tenue y cero pantallas
Usamos lámparas cálidas, ya que Adrián siente miedo si queda completamente a oscuras. Evitamos las pantallas antes de dormir, porque sabemos que estimulan su cerebro y dificultan el proceso de relajación.

🤗 5. Contacto físico regulador
Lo abrazamos fuerte por unos segundos, o simplemente lo acariciamos suavemente, ayudándolo a soltar tensiones acumuladas.

🕰️ 6. Horario fijo, aunque no tenga sueño
La hora de acostarse siempre es la misma. Aunque no tenga sueño, sabe que ese es su momento de descanso, Su habitación es su refugio, un lugar seguro donde puede estar tranquilo, sin presión por dormir de inmediato.

Cada niño dentro del espectro autista es diferente, y lo que funciona para una familia puede no aplicarse a otra. Pero compartir lo que hemos aprendido puede ayudar a otras madres, padres o cuidadores que están buscando respuestas en medio de noches difíciles.

Porque dormir con autismo no es solo dormir. Es acompañar. Es traducir el lenguaje del descanso en algo que tenga sentido para nuestros hijos, es crear un espacio de contención emocional y sensorial, donde ellos puedan sentirse seguros, amados y en paz.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *