Cuando como padres empezamos a contemplar lo que le podía estar pasando a Adrián, admito que al principio no sabía realmente qué significaba el autismo. Era una palabra que había escuchado, pero no entendía completamente su alcance, su diversidad ni cómo podría influir en la vida de mi hijo y en nuestra dinámica familiar, ese desconocimiento inicial nos hizo buscar respuestas, investigar y aprender para poder entender a Adrián y sus necesidades.
Ahora, al tratar de explicar lo que significa el autismo a amigos, familia e incluso conocidos, me doy cuenta de que muchas personas están en el mismo lugar donde nosotros estábamos: no tienen claro lo que es el autismo, asumen que es una condición uniforme con estereotipos muy marcados, como que todos los niños autistas tienen habilidades prodigiosas o que no pueden comunicarse en absoluto, que se dan golpes para ocasionarse dolor, en realidad, el espectro es amplio, y cada niño, incluida mi experiencia con Adrián, es única.
Cuando explico el autismo de Adrián, me enfoco en compartir que es una forma diferente de experimentar el mundo, les cuento que Adrián tiene una forma muy especial de percibir los estímulos, de comunicarse y de interactuar con su entorno. Por ejemplo, les explico que necesita rutinas porque lo ayudan a sentirse seguro, que busca estímulos sensoriales intensos para ubicarse mejor en el espacio, que es altamente afectivo y que sus emociones son intensas, pero eso no significa que no comprenda el cariño o las relaciones.
También aclaro que el autismo no define todo sobre él. Adrián es un niño amoroso, curioso, que disfruta de actividades como la música, la cocina, los trenes y los paseos, cuando no entiende algo o se siente abrumado, necesita nuestro apoyo, pero eso no lo hace menos capaz, sino diferente.
Una estrategia que me ha ayudado es usar ejemplos simples y cotidianos que permitan a las personas empatizar. Por ejemplo, cuando digo que Adrián tiene hiposensibilidad que es como cuando alguien tiene las manos frías y necesita frotarlas para calentarlas, su cuerpo pide más información del entorno para ubicarse mejor, puedes encontrar mas información aquí.
Además, trato de abordar el tema con paciencia, porque no siempre es fácil para los demás entenderlo; porque soy consiente que muchas personas simplemente no han tenido contacto con el autismo antes, lo importante es que sepan que Adrián es un niño feliz, que está aprendiendo, creciendo y como familia, estamos comprometidos en darle el amor y las herramientas que necesita para florecer.
Este proceso me ha llevado a ser más abierta y a fomentar conversaciones sinceras sobre lo que significa ser neurodivergente, es un viaje de aprendizaje continuo, tanto para nosotros como familia como para quienes nos rodean.