Hoy quiero hablar de una de esas preguntas que nos rondan la cabeza como padres: ¿cómo lograr que nuestros hijos aprendan cosas nuevas, como, por ejemplo, dejar el pañal?

Soy una mamá con un hijo que aún usaba pañal casi a los 4 años, y estaba en ese momento complejo en el que enseñar una nueva rutina puede convertirse en un verdadero campo de batalla emocional.

Dejar el pañal no es solo una etapa del desarrollo, en el caso de nuestros hijos autistas, es también un proceso que involucra el procesamiento sensorial, la comprensión de señales internas, la anticipación de lo que va a ocurrir y, sobre todo, la capacidad de tolerar el cambio, a veces, simplemente, no están listos.

En mi caso con Adrián mi hijo, que es autista, lo fuimos trabajando poco a poco, día tras día, durante mucho tiempo, le insistíamos con amor, le mostrábamos ejemplos, usábamos imágenes, videos de otros niños que ya lo hacían… hicimos de todo para ayudarle a perder el miedo a ir al baño y finalmente dejar el pañal.

Hasta que un día decidí: Hoy no le voy a poner pañal, solo quería que me avisara cuando sintiera la necesidad para poder llevarlo al sanitario, pero ese día, cuando sintió las ganas, prefirió aguantarse. Sí, suena duro, lo sé; pero fue una estrategia basada en observar, esperar y acompañar. No lo obligue, lo motive con límites amorosos y presencia activa.

Al día siguiente repetí la estrategia: sin pañal, pero muy atenta, y cuando llegó el momento, lo noté a tiempo, lo llevé apresurada… y funcionó, logró perder el miedo, al tercer día, fue solito, y después de eso, fue un verdadero alivio para mí como madre. Pensé: gané la batalla.

Porque el desarrollo no se mide en edad ni en cronogramas. Se mide en pequeños pasos dados desde la comprensión, la paciencia y el amor.

Decidir no ponerle el pañal fue una manera de ofrecerle la oportunidad de dar ese paso, quizá el verdadero logro no es que tu hijo deje el pañal a los 3, 4, 5 años o más. El verdadero logro es que tú sigas ahí, presente, con toda tu entrega, intentando cada día.

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