Querida mamá,
Hoy tu mundo cambió, sé que tienes un torbellino de emociones, preguntas sin respuesta y miedos que nunca antes habías sentido, tal vez sientes que el futuro se vuelve incierto y que el suelo tiembla bajo tus pies. Te entiendo.
Recibir un diagnóstico de autismo para tu hijo no es fácil, nadie nos prepara para este momento, quizás te han dicho que todo estará bien, pero dentro de ti hay un nudo que no se deshace y está bien, es normal sentirte así.
Lo primero que quiero decirte es que no estás sola, miles de madres han estado en este mismo punto y todas hemos sentido lo mismo: miedo, culpa, tristeza, confusión y un sinfín de preguntas sin respuesta. Pero hay algo que nos ha sostenido a todas: el amor inmenso por nuestros hijos, ese amor que, aunque ahora parezca abrumado por la incertidumbre, te hará seguir adelante, porque eso es lo que harás: seguir adelante.
El autismo no es el final de nada, es el inicio de un camino diferente, uno que tal vez no habías imaginado, pero que será maravilloso, habrá días difíciles, días en los que te sentirás agotada, en los que te preguntarás si lo estás haciendo bien, pero también habrá días llenos de risas, pequeños logros que solo tú entenderás y momentos en los que mirarás a tu hijo y sabrás, con certeza, que todo vale la pena.
Tómate tu tiempo, no tienes que aprenderlo todo en un día ni encontrar todas las respuestas de inmediato, escucha tu instinto, confía en ti, no te compares con otras madres ni compares a tu hijo con otros niños. Él tiene su propio ritmo, su propia luz y su manera única de ver el mundo y créeme, si te permites mirarlo a través de sus ojos, descubrirás un universo increíble, lleno de detalles que antes pasaban desapercibidos.
Habrá quienes no entiendan, quienes minimicen lo que vives o te den consejos sin conocer realmente lo que significa criar a un niño autista. No dejes que esas palabras te roben la paz, lo que importa es lo que tú sabes de tu hijo, lo que él te muestra cada día y la conexión única que tienen.
Hoy quizás sientes miedo, pero con el tiempo ese miedo se transformará en fuerza, un día, sin darte cuenta, mirarás atrás y verás lo lejos que han llegado juntos, te darás cuenta de que ese diagnóstico no definió a tu hijo ni a ti como madre, solo fue el inicio de una historia diferente, pero llena de amor, resiliencia y aprendizaje.
Con todo mi cariño,
Una mamá que también estuvo ahí 💙