El girasol y nosotros

Es completamente normal que, como padres, a veces nos sintamos agotados y sobrepasados por las situaciones que enfrentamos a diario con nuestros hijos, especialmente cuando ellos viven con condiciones como el autismo, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) u otros trastornos. Hoy quiero hablar sobre esos momentos en los que, a pesar de amar profundamente a nuestros hijos, sentimos la necesidad de tomarnos un ‘tiempo fuera’ para nosotros mismos. Es simplemente la necesidad de un respiro, una pausa para recargar energías y poder seguir adelante con más fuerza.

Cuidar de nosotros mismos es fundamental para poder cuidar mejor a nuestros hijos. No debemos sentir culpa por desear un pequeño momento en el día que sea solo nuestro, especialmente cuando somos los cuidadores principales de una vida que requieren tanta atención, esfuerzo físico y emocional. A veces, dedicar un poco de tiempo a hacer ejercicio, salir a tomar un café o simplemente disfrutar de un momento de tranquilidad puede hacer una gran diferencia en nuestro bienestar, incluso si eso significa ir al baño a solas y cerrar la puerta.

Lo más complicado es que, en ocasiones, no tenemos la confianza suficiente para dejar a nuestro pequeño al cuidado de otra persona. Tememos que no lo cuiden como nosotros lo haríamos o que no puedan protegerlo de cualquier peligro. Sin embargo, encontrar ese equilibrio es esencial tanto para nuestro bienestar como para el de nuestros hijos. Aceptar que también necesitamos apoyo y descanso nos convierte en padres más fuertes y presentes para ellos.

Cuando permitimos que nuestras baterías se recarguen, estamos mejor equipados para enfrentar los desafíos diarios con paciencia y compasión.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *